lunes, 16 de mayo de 2011

Capítulo 9: Arrepentimientos...




Llevaba más de dos horas parada sobre el balcón de su habitación, observando absorta como el sol comenzaba a asomarse escasamente detrás de los edificios contiguos. Aun no podía conciliar y sueño, por lo que ya era su quinto cigarrillo que se llevaba a la boca.

Exhalaba el humo con impaciencia, tratando de conseguir algo que ni ella misma sabia. De tan solo recordar lo escasamente cerca que estuvo de recuperar parte de su pasado la hacia tiritar levemente provocándole pequeños espasmos.

Tiró la colilla del cigarro al piso y dejo escapar la última bocanada de humo. Debían no ser mas de las ocho y media de la mañana… aun no podría llamar a casa, no para molestar ni despertar a los chicos. Por lo mismo, dejaba escapar la idea de tomar el auricular del teléfono y marcar, aun así la idea de recordar lo que había pasado la noche anterior… Le parecía absurdo hasta infantil su actitud. Ya no era la misma mujer de hace cinco años y debía de comportarse como la mujer de edad a la que representaba ahora.

Si solo hubiera corrido un poco más”, se reprochaba esbozando una sonrisa tosca. “Ya basta… no lo hiciste así que cállate”.

- ¿Qué hora es?-. Escucho hacia sus espaldas con una voz que indicaban que aun no despertaban. Miró por detrás de sus espaldas y se encontró con el rostro desorbitado de Jeremy.- ¿Qué haces levantada?.

- Hola Jery, corazón… son las ocho y algo de la madrugada-. Le dijo la chica con un tono burlón. Se giro completamente y caminó hacia su amigo.- No podía dormir-.

- ¿Sabes a qué hora debemos estar en el estudio?-. Preguntó él en cambio, recuperándose paulatinamente del sueño.

- ¿diez y media?-. El chico explotó en una carcajada.- ¿De que te ríes?-.

- A las nueve debemos estar ahí… o más bien tú. Recuerda que George te dejo a ti encargada de las primeras fotos-. “¡QUE IDIOTA!”, pensó ofensivamente hacia ella.

Ignoro las risas que venían por parte de Jeremy y en torpes pasos avanzó por el pasillo. Regresó a su habitación y tomó las primeras prendas de la maleta. Cruzó el pasillo nuevamente para poder ingresar al baño, pero antes de haber ingresado espetó con un tono no muy simpático.

- Me las pagarás Jery-. Y antes de escuchar alguna respuesta, ingresó a la ducha.

**

- ¿Qué pasa Emily?-. Le preguntaron a sus espaldas, sacándola por completo de sus pensamientos. Se giró levemente y observó a quien la había llamado. Dejó sobre la mesa la cámara fotográfica y le sonrió.

- Nada Michelle… solo deja tomar algo más y nos vamos-. Dijo ignorando por completo la mirada estudiosa de la chica.

Respiró profundamente y despejó su mente. Pidió que le movieran un par de cosas a la camioneta y una vez todo listo –luego de pedir perdón por su demora- se subió junto a Michelle –una de las chicas que hacia la práctica – y el chofer, Mark.

**

El sol se asomaba por una suave rendija de la cortina, comenzando a darle por sobre los ojos, haciendo un poco molesto la sensación. Se removió perezosamente desde la cama y con algo más que sueño, comenzó a estirarse. No sabía cuánto tiempo había logrado dormir… cuatro, cinco horas; no lo recordaba. Solo lograba captar que la noche anterior no lo había pasado tan mal.

Luego de llegar a la casa todo empapado por la lluvia repentina, cogió algo de ropa seca desde el armario y se encaminó hacia el baño. No tardó mucho en salir y decidir qué hacer. No estaba de humor para quedarse echado sobre el sillón, con una botella de cerveza y mirando mierda en la T.V.

Retiró las llaves desde la fuente en donde las había dejado, agarró su chaqueta y se encaminó hacia cualquier mejor lugar. No le fue difícil encontrar algún bar abierto. De noche y por Nueva York, donde uno caminara se encontraría algún lugar en donde tomar algo. Al ingresar, el olor a cigarrillo le golpeo el rostro, haciéndole dejar escapar una sonrisa de autosuficiencia. Buscó un lugar cómodo en donde sentarse –preferentemente en la barra- y pidió su orden a una chica que estaba detrás del tablón.

Su cabeza comenzó a girarle levemente y pequeñas punzadas comenzaron a molestarle. Con algo de dificultad se quitó el cubrecama de encima y camino a pasos arrastrados hacia el baño. Algo le anunciaba que debía ir al baño, y así fue. En unos escasos segundo logró llegar al lavamanos y una fuerza sobre su estómago acompañada de arcadas en su garganta le hicieron devolver desde su interior lo que había logrado tomar la noche anterior.

Se remojó la cara una vez que se sintió mejor y tomó su cepillo para quitarse el mal sabor de su boca. “Me alegro de no haber hecho algo más estúpido”, pensó Billie Joe mientras se observaba detalladamente en el espejo. Una que otra cana blanca comenzaba a asomarse por su cabello oscuro. Ya sería hora para poder cambiarse de color.

¿Hace cuanto que no se sentía con la libertad de tomar y llegar a casa sin que Addie lo regañara?. Pues hace mucho… o más bien ¿hace cuanto que lograba hacer lo que él quisiera?.

El estruendoso sonido del teléfono lo hizo volver a la realidad vagamente. Agitó levemente la cabeza, tratando de ese modo poder sacarse las ideas. Salió del cuarto de baño y desde su propia habitación y cogió el auricular del aparato aquel que hacia ruido.

- ¿Diga?-. Espetó con la voz un poco seca.

- ¿Billie Joe?. Gracias a todos los cielos… ¿Dónde estas?-. Aquella voz la reconocería aún que tuviera los oídos levemente tapados.

- Hola Tre, tanto tiempo sin hablar contigo. ¿Cómo están las vacaciones con franquito?-. Se escuchó un sonoro suspiro, seguido de un pequeño silencio.- Estoy en Nueva York-.

Sabía que seria regañado por… ¿decima vez?, ya no lo recordaba bien. Podría estar cometiendo alguna estupidez, y antes de poder cometerla sus amigos saltarían a por él.

- ¿Se podría saber que haces tu ahí?. Recibí una llamada de Addie diciéndome que habías disque HUIDO de casa…-. Esbozó una tosca sonrisa al recordar lo preocupada que solía ser su eighty, como suele llamarla a veces. Perfectamente sabía que ella estaba para él, como él estaba para ella. Solo que solía comportarse como un pequeño idiota. Sabias palabras de su persona.- Y luego tengo millones de llamadas en el buzón de voz de Mike pidiéndome una y otra vez que si sabía algo de ti que le avisara. ¿En qué mierda te has metido y yo no tengo el agrado de saber?-.

- No es nada Tre… ya sabes cómo es Mike de exagerado-. Le explicó sutilmente.- Solo tome vacaciones temporales, nada del otro mundo, querido-.

- Problemas con Addie otra vez-. Había Sonado mas afirmativo que pregunta.

- No-no es eso… solo que no estoy bien. YO soy el del problema.

- Dude, tu siempre eres el problema-. Espetó con una risita su amigo desde el otro lado de la línea.- Cuídate-.

- Como si fuera a hacer algo malo-. Espetó de forma ofendida, rotando los ojos.

- De igual forma… tráeme un recuerdo-.

- Lo tendré presente-.

Y la comunicación se cortó. Le agradaba la idea de saber que sus amigos lograban preocuparse por él.

Dejó el auricular en su lugar y se dirigió nuevamente a su cama. La cabeza le iba a explotar si en ese instante no cerraba los ojos.

**

Tomó la última foto que le faltaba al rollo de cinta y dejó la cámara a u costado. Llevaba todo el día en aquel sitio y desperdiciar un tiempo de libertad sería una estupidez. Le avisó a Michelle que descansaría un rato y se alejó del grupo.

No sabía perfectamente donde estaban porque Mark no quiso que decir nada hasta que llegaron; el lugar era hermosamente jodido. Era un mirador hacia las afueras de la Gran ciudad, de eso estaba segura. Había estado tan concentrada en su trabajo que no se había dado el tiempo de observar lo que la naturaleza misma le entregaba.

Miró detrás de su hombro y una vez que se percató de que nadie la estuviera viendo avanzó a paso firme hasta el ‘último rincón.

Aquel aire tan puro la embriago por completo, dejándola por unos instantes con los ojos cerrados. Al instante las imágenes de su familia fueron fiel recuerdo en su mente. “¿A que nunca podré vivir en paz?”, pensó mientras esbozaba una pequeña sonrisa torcida.

Claro que no, eso sería como querer borrar todo en su vida. Porque aunque ella mas se negara, el fiel recuerdo de sus padres estaban ahí. No sentía rencor, no sentía dolor, solo era una mezcla de sabor amargo y un poco de remordimiento… sobre ella. ¿Qué hubiera pasado si las cosas no hubiesen pasad como de verdad lo fue?. La sola idea de pensar en no tener a sus hijos la hizo estremecer. De igual forma, no vivía tan mal… estaba tratando de hacer una vida con alguien a quien en lo más profundo de su corazón quería, y junto a sus pequeños, parecía ser que era feliz. Pero tampoco se debe ser tan mala persona como para no recordarlo.

Billie Joe siempre estaría ahí, ya fuese en la sonrisa diminuta de Nicholas, como en los profundos ojos verdes de su Chuck.

- ¡EMMY, NOS VAMOS!-. Gritaron a unos cuantos metros de ella. Michelle agitaba animadamente el brazo por sobre su cabeza, tratando de llamar así su atención.

Guió su mirada hacia la chica y con un diminuto movimiento de mano le hizo ver que la había escuchado. Miró por última vez aquel mirador y dejó que su mente se empapara de aquella imagen.

Llevaban más de una hora en la camioneta de la compañía, todo entre risas y chistes animados. Todos atentos a lo que cada uno hacía, menos Emily. Con la mirada perdida hacia las calles vagas que comenzaban a aparecer a su vista estaba pensando en llegar al departamento y hablar con Matt, necesitaba algo de voz familiar.

La camioneta giró hacia una esquina y en un dos por tres se encontraba… ella se encontraba en la misma avenida en donde la noche anterior habían estado ella y Jeremy paseando y viendo por las vitrinas de las tiendas. Un escalofrío le recorrió la espalda de tan solo imaginarse que podría encontrarse con la supuesta Sophie que no había podido agarrar.

Su corazón palpitó a galope cuando en una de las esquinas a los costados del camino una chica de expresión asustadiza y con unos libros en las manos esperaba que los autos terminaran de pasar.

- Mark, ¡para!-. Gritó extasiada Emily, haciendo que todos; quienes hacia unos segundos reían, la miraran con cara espantada.- Debo bajar aquí… para por favor-.

- ¿Qué paso Emmy?-. Preguntó Michelle a su costado, tomándola ligeramente del brazo. La chica no dijo nada, solo le dio una mirada significativa.- Mark, para-. Espetó luego

La camioneta frenó lo más rápido que pudo, llevándose consigo un ruido insoportable.

Emily tomó su bolso y antes de poder abrir la puerta del automóvil, le sonrió ampliamente a Michelle, tratando de indicarle las gracias. Bajó y observó a la camioneta hasta que se perdió por la esquina. Volvió a tomar unos grandes sorbos de aire antes de poder correr.

Nunca había sentido sus piernas más ágiles desde los mismos tiempos de la escuela. Ni siquiera sabía que realmente estaba haciendo, solo sabía que sus piernas se movían sincrónicamente y que su brazo; ya estando a una distancia prudente, agarró la abultada chaqueta de la chica.

6 comentarios:

  1. Perdón por no subir con mas frecuencia. Hay muchas cosas que debo hacer por estos días y la verdad el colegio me consume mucho tiempo. En las vacaciones de invierno me pongo mas las pilas. Lo juro ;)

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  2. aSADSADSADSADASD siii ojala este juntas de nuevoo u-U ahorita que no es ella :S (? NO NO ME ESCUCHES!!!o mas bien, no no me leas!

    espero prox cap. ajaajajaj cuando aparecio Tré me rei, no se por que xD

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  3. Tengo tu mismo problema: el colegio consume mucho tiempo! D: Yo tampoco he podido subir u.u

    Menos mal se despabiló y corrió tras su hermanita ^^ Ahora, lo único que falta es que no sea ella ¬¬" xD!
    Saludos :)

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  4. No importa la demora, lo dice una demorona en potencia, xDDD.

    Me gustó el cap, espero que el proximo cap sea un lindo encuentro :D.

    Fucking estudios, mi excusa que no me da tiempo de escribir.

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  5. como no sea Sophie te vas a enterar Scattie xDDD (es broma)
    YA QUIERO saber qué pasar next *-*
    Espero que sea genial ^^ cuidate mucho *-*

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