martes, 5 de julio de 2011

Capítulo 11: Buscando una salida a todo.


Terminó de secarse los últimos restos de agua del cabello con la toalla, tirándola luego hacia la cama con despreocupación.

Se sentía derrotada, se sentía desprotegida. Tanto esfuerzo por nada, tanto sufrimiento en el pasado para dejarlo atrás y que de un momento a otro volviera a aparecer. Se sentó sobre la cama, expulsando a su vez un suspiro cansino.

Haber hablado con Matt la había calmado, solo hasta el punto en que salió un nombre al cual ya había dejado de querer escuchar. ¿Se habría dado cuenta que aquellos pequeños a quienes Matt cuidaba, eran en realidad su sangre?... mejor dicho ¿Matt se habría dado cuenta que los chicos eran hijos de Billie Joe?. “¡Claro que no!, Sonaba muy calmado… deja de ser tan paranoica Emily” se reprochaba mentalmente.

Miró hacia el reloj ubicado en la mesita de descanso; tres de la madrugada. No podría ir a trabajar, en menos de tres horas debía de estar levantada y en camino hacia la productora. “Tendré que pedirle a Jery que vaya por mi”, concluyó sin más remedio.

Debía resolver sus problemas de a poco, y el primero de todos sería ir a dar la cara a casa de su padre. “Deja tus miedos de un lado”, le reclamó una voz en su interior. Con esta idea dando vueltas por su cabeza fue que empezó a caer en el dulce sueño.

**

Hacía mucho que no le pasaba que; estando en completa soledad comenzaran a aparecerle por la cabeza ideas tan valiosas como nunca. Por alguna razón se encontraba en completa armonía consigo mismo, sentía que si no dejaba escapar su mente pronto perdería buen trabajo.

Dejó la guitarra y la púa a un costado del sofá y el lápiz que se sujetaba detrás de su oreja sobre la mesa. Suspiró largamente y como si fuese lo último, subió los pies sobre la mesita de café.

No sabía la hora, ni tampoco pensaba en ver su reloj, lo único que quería era mostrarle lo más pronto posible a sus amigos lo que tanto lo entusiasmaba.

Cerró sus ojos mientras reposaba su cabeza sobre el brazo del sofá, tanta paz y tanto silencio lo asustaba un poco, pero de alguna forma le veía lo positivo: Podía divertirse sin problema alguno.

Se sonrió mientras repasaba lo que había pasado la noche anterior, pero una imagen lo abrumo más aun. La imagen del rostro de aquella pequeña que parecía perdida pudo más.

¿Hija de Emily?

Claro que si…

¿Cuántos años tendría?

No lo sé, cinco o seis…

¿Qué pasa Armstrong?

Nada… nada, solo es la sorpresa

¿Qué te sorprende?, ¿que ella haya hecho su vida y te olvidara por completo?.

Ya lo superé, no me importa lo que haga… me alegro saber que está bien

No te creo nada.

No me importa

Se paró de a poco del sofá, como queriendo una vez más escapar de su propio subconsciente. Tomó la chaqueta que estaba colgada del perchero, las llaves desde la pecera en donde las dejaba, se colocó las gafas negras, que en esa oportunidad aun llevaba colgando desde el cuello de su polera y Salió del departamento. No sabía donde sus pies lo llevaban, pero caminar un poco le haría bien además que, dentro sentía una curiosidad por seguir tratando con aquella pequeña de ojos verdes y que de tan solo verla veía claramente a su madre. “Autodestrucción o como le llamen”.

Llevaba tanto tiempo sin ir a Nueva York que en más de alguna oportunidad se perdió al tratar de llegar al Central Park. “¿¡Cómo piensas encontrarla si el Central Park es enorme!?”, de alguna forma se las iba a arreglar. Si no daba hoy seguiría mañana, y si mañana no podía otra vez encontrarla, intentaría hasta por fin hacerlo. “No sé cómo no se te ocurrió pedirle el teléfono a Matt”, se regañaba desde sus adentros.

Los minutos pasaron y sentado sobre una de las bancas del parque estaba Billie Joe, mirando de vez es cuando ambos lados para poder reconocer a aquella niña “Es como cuando conocí a Sophie” recordó con ímpetu, haciendo que las comisuras de sus labios formaran una osca sonrisa.

**

No serian mas allá de las diez de la mañana cuando parada en una esquina y con un pequeño papelito sobre sus manos, se encontraba Emily. Perdida no estaba, conocía casi a la perfección aquella ciudad, solo era el miedo que la invadía la que le impedía seguir con la búsqueda de la calle.

No pasaron más de cinco minutos y por fin pudo dar con la calle. No quedaba tan lejos desde donde se había topado por primera vez con Sophie.

Inhaló profundamente y comenzó a andar por la vereda, mirando de vez en cuando los números de las placas que estaban sobre la fachada de los edificios; 346… 348… 350… 352. Se detuvo en cuanto reconoció el número del edificio. Definitivamente no estaba tan lejos desde donde recordaba haberla visto la última vez. Avanzó al interior del edificio, sin antes haber empujado una puerta de vidrio solido. El edificio se sentía acogedoramente extraña, las paredes de un blanco marfil le daba la impresión de tener menos frio ahí dentro que en el exterior.

Tomó el ascensor luego de esperar un poco y apretó en la pantalla el número correspondiente al piso. Las manos de a poco comenzaban a sudarle y el tic característico de la pierna renacía con ímpetu.

La maquina se detuvo y abrió las puertas. Solo ella y un joven mas ocupaban el ascensor, pero Emily o se preocupo de su presencia. Bajó y con los nervios a flor de piel comenzó a buscar el número del departamento.

Es tan raro esto”.

Pensar en la sola idea de volver a ver a su padre la hacía querer correr de ahí. ¿Tanto era el daño que había causado?. Al parecer sí, pero como ella misma solía dejarlo de lado y preocuparse de otras cosas… hasta ahora. ¿Qué pasaría si él la veía?, ¿podría ella abrazarlo? o simplemente diría con un tono sombrío un seco Hola. Ni ella misma se lo imaginaba.

Se detuvo en frente de una puerta numerada en uno de los costados. Parecía ser el departamento.

Con la mano a medias tiritando levantó el puño y golpeó la puerta.

- Floppy, quédate quieto-. Escuchó que reclamaban desde el otro lado. Ya los nervios eran cosa pasajeras. De tan solo escuchar la voz de la pequeña un alivio le recorrió el cuerpo. - ¡Ya voy!-. Pasos… pasos, una cadena corrida, una llave girada y una puerta abierta. – Hola Emily-. Fue el saludo de Sofía al verla parada.- pasa-.

Como si fuera una orden, avanzó hacia el interior del departamento.

Era en completa evidencia que ahí no estaba su madre viviendo. Los colores con que las paredes estaban pintadas eran clara prueba de aquello; el rojo cereza adornaba todas las paredes, hasta donde Emily podía ver. Los cuadros colgados eran otra prueba fiel “A mi madre nunca le gustaron las artes, siempre su horizonte era por la matemática”. Se quitó el chaquetón y se lo colgó en los brazos.

- Dame eso-. Le pidió Sophie estirando la mano para que le diera la prenda.- Debes tener frío… ¿Quieres algo?-. Preguntó desde el interior del armario, junto a la puerta principal.

- No, gracias… estoy bien así-. Dijo con timidez Emily. “reacciona mujer, por todos los cielos”- Aun que un café no estaría mal…-. Se corrigió luego.

- Está bien, regreso de inmediato-. Le advirtió la chica, comenzando a avanzar hacia la cocina, dando pequeños saltitos.

Aun no caía en la idea de cómo había podido ir, mas aun… no haberse tirado encima de su hermana y haberla asfixiado con el abrazo que ella pudiera darle.

La vida daba sorpresas y Emily ya se sabía aquello de memoria, ahora lo que debía hacer era completar una parte de su vida que quedo inconclusa y que Matt le había dicho que debía buscar. “¿Regresar al pasado?”, de pensar en aquello en cualquier otra oportunidad la hubiera cohibido, pero ya entendía el por qué de todo. “Si debo toparme con… con Billie Joe lo hare y con toda la cautela que pueda entregar.”

- Sophie, regrese por unos papeles-. Oyó que decían detrás de ella. El escalofrió que hacía ya mucho se había ido regreso al tan solo reconocer la voz, aun que un poco mas gastada, más vieja. – No me dijiste que traerías visitas…-. Pensar en lo anterior la había dejado sorda de todo lo que en su alrededor ocurría.

- Papá no…-.

- ¿Quién es usted?-. John se sorprendió al ver a una mujer mayor. Antes de que su hija pudiera dar alguna otra excusa la interrumpió. - ¿Sophie?-.

- ¿No me recuerdas?-. Inquirió por primera vez, desgarrando aquellas palabras desde su garganta.

Sonrió.

- Emily no hagas nada…-. Dijo la menor, viendo como su hermana se paraba desafiante hacia su padre.

- Sophie, no diré nada malo-. La tranquilizó la mayor.

- ¿Emily?-. Repitió John, ignorando por completo el tono despectivo de aquella joven.

- Así es, mi nombre es Emily Begthom o Emily Grant como solía llamarme hacia ya… ¿cinco años?

El rostro de aquel hombre se convirtió en una morisqueta molesta, sorpresiva. Emily no despegaba los ojos de su mirada, quería demostrar que ya nada la hería, ni siquiera la cara de dolor de su padre.

Al verlo echarse en el sofá, Sophie corrió a ver que le estaba pasando, por que se estaba agarrando el pecho.

- ¿Estas bien?-. Le pregunto la menor a un costado de él con un tono de preocupación mayor.

- Deja… deja, estoy bien-. La tranquilizo John, tomándole sutilmente el rostro para que viera que si lo estaba. - ¿Co-cómo diste con Sofía?-. Interrogó ahora mirando a su hija mayor; porque había que decirlo, Emily aun pertenecía a su familia aun que ella ya no le importaba.

- Luego te explico, ¿ok?-. Habló en cambio Sophie antes de que Emily pudiera decir palabra alguna.

- No… no entiendo, pensé que…-.

- ¿Qué pensabas?-. Le interrumpió de golpe Emy.- que podías seguir dándome por muerta, ¿eso?. Que podías seguir como si nada… ¿eso pensabas?-. El modo en que decía las cosas no era el mejor y lo sabía, pero toda la rabia y la pena acumuladas con el tiempo la hacían actuar por inercia. Respiró profundamente y posó la mirada sobre su hermana quien tenía la cabeza gacha.

- No fue así hija… si me dieras la oportunidad de-de explicar cómo fueron las cosas-.

- Emily, escúchalo… por favor-. Le rogó su hermana con la mirada bañada en lágrimas.

Miro a ambos alternadamente, sin retirar aun su mirada asesina. Resopló con frustración al escuchar a la pequeña y sin más se dejó caer al Sofá. Tratando de dar a entender de que a eso mismo venia, a buscar el por qué de algo que hasta el día de hoy no entendía.

- No quiero echarle la culpa de todo a tu madre-. Comenzó diciendo John, avergonzado por cómo pudo haber actuado.- pero en gran parte ella fue la que maniobró todo. Tú sabes cómo era tu madre-.

- No pasaron más de tres meses cuando supe el por qué verdadero del viaje. Hasta ese entonces tenía entendido que te había mandado para que pudieras estudiar, que después de que… de que tu bebé naciera regresarías. Pero no fue así-. Sentía como la palma de la mano de Sophie recorría por su espalda, tratando de darle apoyo. Respiró profundamente y no dejó de mirar a Emily.- Un día escuche a Mary hablar con su prima. No recuerdo que era exactamente, pero era sobre ti. Decía que… que si llegaba a recibir llamadas mías que no las pasara-.

Mentalmente Emily trató de retomar la historia, de saber en dónde estaba en ese entonces. Ahora sabia el por qué de las negativas a Sophie “Pensó que sería alguna distracción”. De a poco el odio inesperado que sentía por su padre comenzaba a apagarse como una fogata rodeada de ramas. Todo había sido planeado por su madre pero… ¿Por qué?.

- Traté de hablar con Mary, le pedí explicaciones… se las exigí pero nunca me dijo nada. Días después Sophie cayó en una crisis y estuvo más de dos meses hospitalizada. No sabes cómo me arrepentí de todo lo que había hecho, sin saberlo aun que sea.

Por lo mismo di con Matt y lo ayude a que se fuera a Italia contigo. Ya después… tu madre siguió con las mentiras y entre esas era la que estabas...-.

- Muerta-. Completó Emily con la voz quebradiza.

- E-exacto-. Afirmó John con la cabeza gacha, sentía tanto por lo que había hecho que ya dejar a Mary como la culpable no le importaba. Ella después se las arreglaría.- Después de que Sofía sanara le pedí el divorcio a Mary y me traje a tu hermana a vivir conmigo-.

El silencio rodeo la habitación por completo. Emily miraba con suma determinación a su padre, tratando de encontrar alguna pisca de mentira. Pero ella siempre supo… en lo más hondo de su corazón que la culpa de todo aquello había sido su madre. ¿Tanto era el odio hacia ella?, al parecer sí. “Nunca me perdonó por lo de Benjamin”.

- No te pido el perdón, solo que no me guardes rencor por todo lo que no pude hacer por ti. Sé que…-.

- No digas mas… ¿quieres?-. Dijo despegando los labios y dejando a su padre callado. Respiró fuertemente y con el bordillo de la mano se limpio las lagrimas.- Yo nunca te condené papá, solo que… que no se… pudiera alguna vez saber todo lo que había pasado. Y me alegra escucharte a ti decirlo-. Le sonrío a duras penas, pero lo hizo.

- Te extrañé tanto Emily… MI Emily-. Espiró una de sus manos par que pudiera tomarla, y así lo hizo. Ya el odio no estaba. Por primera vez y en mucho tiempo no recordaba lo que era un abrazo de su padre. Que le dijera “MI Emily”, que le besara el pelo. Que la calmara.

**

La hora pasaba y el sol comenzaba a irse y el cielo se transformaba en un cuadro digno de admirar, con sus colores anaranjados y rojizos combinados.

No había señal aun de alguno de los pequeños. Volvía a maldecirse por dentro al no haberle pedido el número de teléfono a Matt.

Dio al cigarrillo la última pitada y lo dejó caer al piso. Se colocó en pie y retomó el camino que había seguido no sin antes mirar por detrás de su hombro, haber si en aquel carrusel se asomaba alguien conocido. No avanzó más de tres metros cuando algo se le atravesó por el frente.

Su sonrisa la delataba y unas ganas inmensas de abrazarla le recorrió por el cuerpo. Su cabello rubio y cortado hasta donde recordaba, el vestido de verde chillón que solía usar y sus ojos de un almendrado intenso.

- ¡Sophie!-. Exclamó asombrado mientras avanzaba hacia la pequeña pero ella tenía la mirada asustada. Dio un paso hacia atrás y dejó caer de sus brazos a su peluche. – No, espera-. Se hincó a recoger el peluche.

Al retomar su posición la niña ya no estaba. Miró a su derecha, en donde sostenía al oso, pero este tampoco estaba. Algo le hizo llamar la atención unos metros más adelante. Una pequeña con el vestido verde le hacía señas para que fuera a por ella. Sin más, comenzó a correr llegando a su lado, agitado.

- ¿Sophie?-. Comentó entre jadeos pero no recibió respuesta alguna. Se irguió y comenzó a buscar por todos lados.

Delirios…” pensó amargamente mientras posaba su vista en distintas partes tratando de encontrar algo. ¡BINGO!... sentada en una banca se encontraba quien había estado buscando durante todo el día. Sonrió complaciente mientras trataba de dar con la respuesta a como había sido que el recuerdo de Sofía brotaba de la nada.

En este capítulo desde que Emily se encuentra su padre hasta lo último lo terminé en un día… ¡UNO!, ¿lo pueden creer? xD. Perdón por atrasarme tanto, son vacaciones, lo sé… pero no puedo hacer nada mas D:!. Espero que les guste y que haya sido lo que esperaban si no, cada uno se puede ir dando pataditas en el trasero e.e xD.

Agradezco a mi reproductor de música ya que si no hubiera sido por su reproducción aleatoria esto no hubiera nacido ._. [Nótese que salieron: One-U2. Best of you, big me-Foo Fighters. Baby I’m yours- Arctic Monkeys. No love-Simple Plan. Last night on heart, are we the waiting, whatsername, one of my lies, she, little girl-Green Day. Yesterday, hello Goodbye-The Beatles. Crash, best of me-Sum 41. The ghost of you, cancer, desert song-My Chemical Romance. Dani California, under the bridge- Red Hot Chili Pepers]

Canciones mamonas Mode On (?)

Eso :B